Buenos días. Hoy viernes 26 de abril nuestra institución se reúne para festejar el día del idioma y por lo tanto mostrar la ventajas del multilingüismo y la gran importancia cultural que representan las lenguas. Esto es algo que tenemos la fortuna de constatar cuando en nuestros salones brotan ininterrumpidamente los tres idiomas que constituyen nuestra identidad estudiantil: español, inglés e italiano.
El día del idioma, que se celebra oficialmente el 23 de abril, fue elegido no sólo para conmemorar la muerte de Miguel de Cervantes Saavedra, sino también por el valor místico de esta fecha, bajo la cual se exaltan otros grandes hombres como William Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega, que al igual que Cervantes, tuvieron la genialidad de despertar corazones a través del don de la palabra.
Es curioso que no se haya celebrado un solo día del idioma en el cual no se haya hecho a alusión a El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, a pesar de que la literatura castellana atesore una producción literaria de proporciones gigantescas. ¿Por qué esta obra merece ser recordada y estudiada?¿ Acaso aquel escuálido pseudo-caballero tiene un mensaje pertinente para todas las generaciones posteriores a él? ¿Tiene un mensaje para nosotros justo hoy? En la búsqueda de respuestas, tuve la afortunada ocasión de debatir con los estudiantes que están cabalgando en este momento por ese mundo de caballeros, molinos y viscicitudes: debatí con los estudiantes de Seconda Liceo, cuyas reflexiones al respecto, se pueden leer al fondo.
Evidentemente no se llegó a una única interpretación, porque es un libro provocador y cargado de múltiples elementos. Analizamos la obra desde varias caras para verificar efectivamente que esta parodia de la novela de caballería merece ser leída, apreciada, estudiada y recordada mientras que la humanidad tenga la capacidad para hacerlo.
Como no tengo ninguna intención de desvelarles el mundo de este aficionado y loco lector antes de que ustedes se dispongan a hacerlo, me esforzaré solo en motivarlos para que ese momento llegue lo más rápido que sea posible.
Al acabar los primeros capítulos el lector se dará cuenta de que el Quijote a través de la comicidad, el sarcasmo, la locura y la ironía, logrará modelar su concepción de amistad, amor, pasión, astucia y libertad hasta el punto de que, al pasar la última página, este no podrá evitar conectar tales conceptos con su propia vida. ¿Cómo vivo la amistad? ¿Cómo enfrento la realidad? ¿Qué entiendo por libertad? ¿Qué me apasiona? ¿Cómo enfrento las dificultades?
Y si este motivo no bastara para convencerlos a que inicien su lectura, les diré por último, (aunque en realidad podríamos hablar de esto por horas, que de la pluma cervantina salió una agraciada crítica (todavía vigente) a la superficialidad de su época, al narcisismo y a la volatilidad de los falsos sentimientos, así como un enaltecimiento al honor, a la franqueza y a la libertad, dejándonos como moraleja que aquel hombre que no persigue sus pasiones es aún más loco que un caballero que ve gigantes en cada molino.
Entonces la respuesta es sí: todavia el Quijote.
Gracias.
Francesco Murande, Terza Liceo, 2019
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