Hace unos días rechacé un abrazo y hoy mataría por dormir en tu regazo
a una calle de mi calle están tus brazos,
pero eso es mucho si no puedo dar dos pasos.
Valdrá la pena esta cuarentena
Solo si cuando se acabe tú sigues estando ahí fuera
Porque las casas ahora son salas de espera y
Los héroes de Marvel hoy se llaman enfermeras
Prometo visitarte más
esa es la frase que no sale de mi mente
ahora que no estás
y sé que no debo mirar atrás
pero estoy aprovechando esta lección para cambiar.
La calle está vacía y en silencio
y yo por lo contrario estoy repleto
quien creería que pasando el frío enero,
me quedaría helado al no ver a los que quiero.
Quisiera guiñarte el ojo por lo menos
pa’ que sepas que al igual que tú
estoy esquivando este veneno
Cansada del mar indiferente de mis angustias
y de esta espera mustia;
otro enfermo de gravedad en la camilla,
otro doctor que le sonríe tras la mascarilla.
Prometo visitarte más esa es la frase que no sale de mi mente ahora que no estás y sé que no debo mirar atrás pero estoy aprovechando esta lección para cambiar.
La calle está vacía y en silencio
y yo por lo contrario estoy repleto
quien creería que pasando el frío enero,
me quedaría helado al no ver a los que quiero.
Cómo no creer en las personas
si somos capaces de reír por los otros,
capaces de sentir empatía
y de confrontar esta pesadilla.
Me entristece pensar que cuando esto acabe volveremos a ser ciegos ante lo realmente importante, que lo bonito es compartir tiempo con alguien pues ahora sabemos que la distancia con los nuestros no es tan grande.

Maria Alexandra Manrique, Prima Liceo, 2020
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